Fecha emision: 15/2/12
Editorial:
El incremento de las comunicaciones ha facilitado el dialogo entre todos, las distancias se redujeron y las ideas se pueden compartir ya no solo con el que tengo frente a mí. Sugiere además que tendríamos que augurar adquisiciones cada vez mayores de conciencia de mis necesidades y del otro, de comprensión y diálogo ante las diferencias, de compartir e intercambiar miedos, felicidades, proyectos. Sin embargo ante la postura de defender los propios intereses, nos ubicamos ante nuestro semejante como si fuera el enemigo. ¿Será que no se pudo resolver aún en el ser humano, la característica de los extremos que marca el escritor Paúl Valery?: “Todo hombre lleva en sí un dictador y un anarquista”.
Pienso y creo que el amor con deficiencias sufrido históricamente encamina al sujeto a disminuir su capacidad de amar. Se anestesia el corazón y se detiene la creatividad, el crecimiento. Esta concepción puede dar lugar a una cultura de la muerte en donde predominará el arquetipo del destruir o ser destruido. Miedo que emerge socialmente constituyendo para algunos como una ideología para socavar y dominar grupos, sociedades. Desde mi postura más bien indicarían la ignorancia de la propia perversidad que aflora desde experiencias primarias dolorosas y por desplazamiento luego se castiga a otros, surgiendo en un aquí y ahora como la venganza hacia quienes atentan contra nuestros deseos, ideales, o la vida misma. Por lo tanto se vuelve necesario el acercamiento auténtico a nuestro mundo interno con sus frustraciones y felicidades, y en esa medida tambien recuperar los valores que son vitales; responsabilidad sin dudas cuando de lugares de poder se trata: haciendo posible una mirada más realista y constructiva del mundo con una praxis plena de vida.
Nelly M. González
Practitioner en Neurolingüistica,
Ex Miembro de la Comisión Directiva APSRA,
(Asociación Psicólogos Sociales de la República Argentina)
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